HISTORIA
Hacia el año de 1992 un inquieto comerciante de la ciudad de Cali, que conocia ampliamente el sector gastronómico y específicamente la línea de asados, comenzó a ver como en su restaurante, el uso de carbón y/o piedras volcánicas generaban suciedad permanente en todas la superficies del restaurante, no solo cuando se estaban haciendo los asados, pues no importaba cual rigurosa fuera la rutina de aseo, antes, durante y después, siempre además de humo aparecía hollín por todos lados. En muchas ocasiones estas partículas se adherían a las comidas, dando como resultado una terrible presentación y alteración en el sabor de los alimentos. Por otro lado la gran mayoría de nuestros chefs, parrilleros o dueños de restaurantes usan equipos a gas que requieren de algún aditamento especial bien sea carbón, piedras volcánicas, leña o cualquier elemento que permita convertir la llama proveniente de las flautas de gas en brasa, ya que es esta, la que permite que los alimentos se cocinen a término, de otro modo la llama directa quemaría los alimentos en su exterior antes que estos alcancen el punto deseado. Fue allí donde este comerciante con conocimientos previos en materiales refractarios como el cuarzo y la arena, los cuales tienen la capacidad de producir calor a la vez que reciben bien las llamas directas, empezó a hacer ensayos durante 4 años experimento diferentes combinaciones hasta que en el año 1996 saco al mercado unas piedras refractarias, que aunque en ese entonces no tenían nombre, hoy en día son LAS PIEDRAS REFRCATARIAS FENIX.